APOCALIPSIS:
Como si de una película se tratase, estamos viviendo estos días.
Encerrados en casa, sin mas aire que el que entra por la ventana, ni más luz
que la que esos cuatro ángulos dejan entrar.
Si hace un mes nos hubiesen dicho que íbamos a ver
supermercados arrasado, calles desiertas, el ejercito paseando por las avenidas
desoladas, hombres embutidos en trajes desinfectando hasta el ultimo rincón. Y
eso por no hablar de hospitales colapsados, con improvisadas camas en bancos y
suelos. Pabellones otrora escenarios de conciertos, y que ahora su música son
los lamentos de multitud de enfermos, que se agolpan con la esperanza agarrada
de un hilo, solos, tristes y sin mas consuelo que saberse afortunados por la
triste despedida bajo la atenta e impotente mirada de quien los cuida.
Nunca hubiésemos imaginado un escenario así, digno del
director de cine mas maquiavélico. Solo faltan muertos vivientes corriendo tras
nosotros...o espera, ¡quizás no falten!, existen, a los que todos tememos, pónganle
nombre ustedes mismos, a su gusto…
Si, es lo que nos está tocando vivir estos días. Es el escenario
de una pesadilla muy real. Esta vez la realidad supera a la ficción. Hay quien
dice que puede ser el apocalipsis, y razón no le falta. ¿O acaso no es triste y
desesperante acumular abrazos y besos no dados? La distancia se impone a la lógica
del corazón. Por más que buscamos, no encontramos razones que nos alejen de los
que queremos. Pero si, así es este momento, estos duros días de encierro. Días
en los que atestiguamos, que lo mas grande, es lo mas pequeño que tenemos. Que
lo que añoramos, no hay sentido que lo abarque, ni dinero que lo compre. Que lo
que podemos poseer, nunca nos dará la felicidad. Días de reflexión.
Nunca antes habíamos visto pararse un país entero. Como la música
desciende de volumen para convertirse en un silencio cauteloso. Un silencio que
da paso al miedo. Nunca antes el mundo había dejado de girar. Nunca se habían invertido
las prioridades de esta manera. Al menos nunca tan bruscamente, de repente, de
la noche a la mañana. Nos ha hecho dar un traspiés para dejarnos parados en
nuestro sitio.
Nos pilla desprevenidos, sin armas, o con pocas armas para
combatir tan desconocido enemigo. A todos nos une el mismo fin, la derrota del
enemigo. Desde la impotencia afloran nuestras lágrimas, para las que usamos
nuestras mas potentes armas. Nunca he visto utilizar el sentido del humor como
lo estamos haciendo ahora. Imponerse al miedo para levantar cualquier adversidad.
En el fondo, todos sabemos que es el arma mas potente que tenemos. Nos reímos
hasta de la muerte. Nos ponemos el escudo de la risa para aparentar que no nos
afecta. Para que los golpes sean mas leves. Sabemos que sólo el ingenio nos va
a sacar de esta, el ingenio y la prudencia, la precaución de la seguridad que
dan los pasos lentos y estudiados.
El día a día se hace rutina, la soledad se hace amiga, y por
desgracias, la muerte se hace ordinaria. Contamos sin sentimiento, con el cayo que
dan las cifras que pasan de largo, sin tocarnos a nosotros. Porque para
nosotros el sol un día saldrá, y todo esto solo será un recuerdo, una anécdota,
un susto que podremos contar a futuras generaciones… ¿o no?
Toda esta creatividad que aflora a nosotros estos días volverá
a quedar arrinconada en un olvidado cajón, por las prisas del devenir diario.
Se olvidarán las risas, se invertirán prioridades, nos volveremos a mover al
son de la música que nos toque bailar. Se nos olvidará que fuimos los
personajes de la peor película que nos ha tocado vivir. Que la capacidad de
lucha y creación sigue estando en nosotros, y que solo nosotros somos quienes la
reprimimos. Si, se nos olvidará que lo olvidamos. Y ese día volveremos a
cometer los mismos errores, vivir la misma vida y sentir asépticamente como sentíamos….
Pero dejadme que os diga. Todo habrá cambiado, ya no seremos
los mismos. Nuestra piel llevará la marca de una herida profunda. Nuestra mente
tendrá un nuevo miedo al acecho. La vida será distinta, todo será distinto.
Una nueva cultura, una nueva ideología, unos valores nuevos,
un nuevo aprendizaje. ¿Y nuestra fuerza? Nuestra fuerza mermada, pero sabedora de
que la unión de las fuerzas es la victoria, y solo así, saldremos de cualquier
pesadilla que nos toque bailar.
Tenemos que ser fuertes, porque nos esperan tiempos difíciles. Hay que cuidarse para poder poder contar esto en un futuro y salir fortalecidos. En los tiempos de dificultad de descubre a la gente generosa, a la solidaria... Y también a la egoísta, la que sólo piensa en el interés propio Afortunadamente son minoría
ResponderEliminarMucho ánimo y cuidaos mucho!!
Nunca mejor dicho, que la realidad siempre supera a la ficción,son tiempos difíciles y muy duros de mucha Soledad sobre todo para los enfermos que tienen que luchar contra la enfermedad solos alejados de su famila.lo que si he sacado claro de esta situación que lo más importante es rodearte siempre de la gente que te quiere,todo lo demás es prescindible. Mucho ánimo todo saldrá bien
ResponderEliminarEstábamos perdiendo los valores importantes en la vida, nos mirábamos demasiado nuestro p... ombligo...este parón nos va a hacer pensar y apreciar mucho más las cosas :) y estoy contigo en que "la unión hace la fuerza". Sigue escribiendo amigo muakssssss
ResponderEliminarEstos días miro y vuelvo a mirar los cuatro grandes cuadros de El Grito de Munch. Así me siento. Por otra parte la gran novela de Lampedusa " El Gatopardo" nos enseñaba que tenía que cambiar todo para que todo siguiese igual Esta vez no, todo va cambiar y nada va a seguir igual. Ni probablemente las relaciones sociales. Resurgiremos claro que si pero nunca nunca lo olvidaré Cuidaros mucho
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