domingo, 22 de marzo de 2020

Apocalipsis


APOCALIPSIS:


         Como si de una película se tratase, estamos viviendo estos días. Encerrados en casa, sin mas aire que el que entra por la ventana, ni más luz que la que esos cuatro ángulos dejan entrar.
Si hace un mes nos hubiesen dicho que íbamos a ver supermercados arrasado, calles desiertas, el ejercito paseando por las avenidas desoladas, hombres embutidos en trajes desinfectando hasta el ultimo rincón. Y eso por no hablar de hospitales colapsados, con improvisadas camas en bancos y suelos. Pabellones otrora escenarios de conciertos, y que ahora su música son los lamentos de multitud de enfermos, que se agolpan con la esperanza agarrada de un hilo, solos, tristes y sin mas consuelo que saberse afortunados por la triste despedida bajo la atenta e impotente mirada de quien los cuida.

Nunca hubiésemos imaginado un escenario así, digno del director de cine mas maquiavélico. Solo faltan muertos vivientes corriendo tras nosotros...o espera, ¡quizás no falten!, existen, a los que todos tememos, pónganle nombre ustedes mismos, a su gusto…

Si, es lo que nos está tocando vivir estos días. Es el escenario de una pesadilla muy real. Esta vez la realidad supera a la ficción. Hay quien dice que puede ser el apocalipsis, y razón no le falta. ¿O acaso no es triste y desesperante acumular abrazos y besos no dados? La distancia se impone a la lógica del corazón. Por más que buscamos, no encontramos razones que nos alejen de los que queremos. Pero si, así es este momento, estos duros días de encierro. Días en los que atestiguamos, que lo mas grande, es lo mas pequeño que tenemos. Que lo que añoramos, no hay sentido que lo abarque, ni dinero que lo compre. Que lo que podemos poseer, nunca nos dará la felicidad. Días de reflexión.
Nunca antes habíamos visto pararse un país entero. Como la música desciende de volumen para convertirse en un silencio cauteloso. Un silencio que da paso al miedo. Nunca antes el mundo había dejado de girar. Nunca se habían invertido las prioridades de esta manera. Al menos nunca tan bruscamente, de repente, de la noche a la mañana. Nos ha hecho dar un traspiés para dejarnos parados en nuestro sitio.

Nos pilla desprevenidos, sin armas, o con pocas armas para combatir tan desconocido enemigo. A todos nos une el mismo fin, la derrota del enemigo. Desde la impotencia afloran nuestras lágrimas, para las que usamos nuestras mas potentes armas. Nunca he visto utilizar el sentido del humor como lo estamos haciendo ahora. Imponerse al miedo para levantar cualquier adversidad. En el fondo, todos sabemos que es el arma mas potente que tenemos. Nos reímos hasta de la muerte. Nos ponemos el escudo de la risa para aparentar que no nos afecta. Para que los golpes sean mas leves. Sabemos que sólo el ingenio nos va a sacar de esta, el ingenio y la prudencia, la precaución de la seguridad que dan los pasos lentos y estudiados.

El día a día se hace rutina, la soledad se hace amiga, y por desgracias, la muerte se hace ordinaria. Contamos sin sentimiento, con el cayo que dan las cifras que pasan de largo, sin tocarnos a nosotros. Porque para nosotros el sol un día saldrá, y todo esto solo será un recuerdo, una anécdota, un susto que podremos contar a futuras generaciones… ¿o no?
Toda esta creatividad que aflora a nosotros estos días volverá a quedar arrinconada en un olvidado cajón, por las prisas del devenir diario. Se olvidarán las risas, se invertirán prioridades, nos volveremos a mover al son de la música que nos toque bailar. Se nos olvidará que fuimos los personajes de la peor película que nos ha tocado vivir. Que la capacidad de lucha y creación sigue estando en nosotros, y que solo nosotros somos quienes la reprimimos. Si, se nos olvidará que lo olvidamos. Y ese día volveremos a cometer los mismos errores, vivir la misma vida y sentir asépticamente como sentíamos….

Pero dejadme que os diga. Todo habrá cambiado, ya no seremos los mismos. Nuestra piel llevará la marca de una herida profunda. Nuestra mente tendrá un nuevo miedo al acecho. La vida será distinta, todo será distinto.

Una nueva cultura, una nueva ideología, unos valores nuevos, un nuevo aprendizaje. ¿Y nuestra fuerza? Nuestra fuerza mermada, pero sabedora de que la unión de las fuerzas es la victoria, y solo así, saldremos de cualquier pesadilla que nos toque bailar.

4 comentarios:

  1. Tenemos que ser fuertes, porque nos esperan tiempos difíciles. Hay que cuidarse para poder poder contar esto en un futuro y salir fortalecidos. En los tiempos de dificultad de descubre a la gente generosa, a la solidaria... Y también a la egoísta, la que sólo piensa en el interés propio Afortunadamente son minoría
    Mucho ánimo y cuidaos mucho!!

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  2. Nunca mejor dicho, que la realidad siempre supera a la ficción,son tiempos difíciles y muy duros de mucha Soledad sobre todo para los enfermos que tienen que luchar contra la enfermedad solos alejados de su famila.lo que si he sacado claro de esta situación que lo más importante es rodearte siempre de la gente que te quiere,todo lo demás es prescindible. Mucho ánimo todo saldrá bien

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  3. Estábamos perdiendo los valores importantes en la vida, nos mirábamos demasiado nuestro p... ombligo...este parón nos va a hacer pensar y apreciar mucho más las cosas :) y estoy contigo en que "la unión hace la fuerza". Sigue escribiendo amigo muakssssss

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  4. Estos días miro y vuelvo a mirar los cuatro grandes cuadros de El Grito de Munch. Así me siento. Por otra parte la gran novela de Lampedusa " El Gatopardo" nos enseñaba que tenía que cambiar todo para que todo siguiese igual Esta vez no, todo va cambiar y nada va a seguir igual. Ni probablemente las relaciones sociales. Resurgiremos claro que si pero nunca nunca lo olvidaré Cuidaros mucho

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