domingo, 3 de febrero de 2013

¿Caprichos o Misterios?

Hace un tiempo estuve en Salamanca de nuevo, ciudad que no deja de sorprenderme por su múltiple belleza arquitectónica, así como por la calidez de sus habitantes, si no has estado nunca en esta ciudad, y te hablan de ella, lo primero que piensas es en la Universidad, ya que es la universidad más antigua de España que existe en la actualidad y una de las cuatro más antiguas de Europa abiertas actualmente, tras las de Bolonia, Oxford y París (hoy La Sorbona). Pero una vez que has estado paseando por sus calles y contemplando sus múltiples edificios de gran valor arquitectónico, te das cuenta que Salamanca es mucho más que la universidad. Y es sobre uno de ellos, y en concreto sobre el contenido existente en uno de ellos, el cual me inspiró a escribir este primer post del blog. 

La catedral de Salamanca no es conocida por poseer dos catedrales en una (la nueva o de la Asunción de la virgen y la vieja o de Santa María), tampoco es conocida por poseer varios estilos arquitectónicos de construcción diferentes (Románico y Gótico para la catedral vieja, Gótico tardío y Barroco para la catedral nueva) estos datos en si, ya hacen de este monumento algo único y bastante peculiar, pero no habría de ser hasta bastante tiempo después de su construcción, y por un artista diferente a los maestros de obras originales de ambas catedrales, por lo que esta construcción erigiría su fama actual y por la que es mundialmente conocida.

En la puerta de Ramos (norte), frente al Palacio de Anaya, puede observarse la anacrónica figura de un astronauta esculpida en el flanco izquierdo. Con motivo de acoger Salamanca la exposición Las Edades del Hombre en el año 1993, se decidió restaurar la Puerta de Ramos, muy deteriorada por el paso del tiempo. Durante esta restauración, el astronauta fue labrado en piedra en 1992 por el cantero Miguel Romero, siguiendo la tradición de incorporar un elemento contemporáneo en cada restauración.


Este dato para muchos viajeros y turistas es totalmente desconocido, y no dejan de asombrarse cuando contemplan en su fachada la figura del astronauta, elucubrando todo tipo de teorías sobre como en los tiempos de construcción de esta catedral (1513-1733) se adelantaban a la carrera espacial surgida bastante tiempo después y vaticinando la “pinta” que tendrían esos hombres que pelearían por ser los primeros en colonizar el espacio…..



Pero éste no es el único elemento contemporáneo introducido por el autor en la fachada de esta catedral: Debajo del astronauta se encuentra un lince, a su derecha un toro, debajo del toro se puede ver un dragón con un helado de tres bolas que está sonriendo. Más a la derecha, junto a la puerta, hay tres figuras: un cangrejo de río, una cigüeña y una liebre que representan, respectivamente, agua, cielo y tierra en Salamanca.



     Otro caso muy distinto es el de la rana en la fachada de la universidad de esta misma ciudad ninguna de las teorías está probada y posiblemente la Rana siga siendo un misterio y de ahí su encanto. Se sabe que los artistas y escultores de la época firmaban sus obras con símbolos y la Rana podría ser uno de ellos, aunque también se baraja otra hipótesis, como su simbología bíblica, representando la lujuria. Es una teoría muy plausible, tratándose de la fachada de la Universidad, donde la vida alegre, las fiestas y el alcohol no eran un mito, sino una realidad entre la población estudiantil. Y lo que es más curioso aún es que la Rana es realmente un sapo, que en el ideario religioso es un símbolo femenino que representa al pecado.

             Documentándome para escribir este post descubrí que existen muchos edificios emblemáticos que esconden pequeños caprichos incrustados por autores restauradores a la espera de ser descubiertos por los turistas y viajeros más audaces, he aquí alguna muestra de ellos:

·        En la geografía española contamos entre otros con:

    
     Un teléfono móvil esculpido en piedra, se puede observar en la Catedral de Calahorra, en la Rioja. Debajo de él aparece grabada la fecha de la restauración 1996





     En la iglesia de Santa María la Mayor, en Trujillo, el cantero Antonio Serván labró el escudo de su equipo favorito de fútbol: el Atlético de Bilbao.





   

     La Catedral de Palencia luce con claridad y orgullo la figura de un fotógrafo entre las gárgolas del ábside. Es José Sanabria, un conocido fotógrafo de principios del siglo XX y un personaje muy popular en Palencia que se dedicó a fotografiar el patrimonio artístico de la capital y la provincia. Lo inmortalizó para siempre con su cámara entre las piedras de la bella desconocida, el arquitecto palentino Jerónimo Arroyo.



 
    
     Un combate de boxeadores fue el “capricho” de los restauradores del Monasterio de Santa María de Sandoval, en Villaverde de Sandoval, León. Se trata de un detalle reciente que data de las intervenciones llevadas a cabo en el monumento a finales del siglo XX, en la década de los setenta.


  


   
     Menos conocido es el tuno de la iglesia de San Benito, sin embargo, también obedece al deseo del restaurador de dejar su firma entre las volutas y espirales de este céntrico templo salmantino. La figura, que tiene su jubón y bombachos de tuno tallados en piedra de Villamayor, porta un laúd o bandurria, y su postura es como si fuese a tocar o a iniciar la ronda, puesto que se encuentra mirando hacia arriba. El tuno de San Benito también fue tallado en la restauración que sufrió el templo en el año 1995, por Miguel Romero.



·        Algunas de las extravagancias encontradas en el resto del mundo:
Darth Vader en una gárgola de la neogótica Catedral de Washington:

Fue a raíz de un concurso infantil para tallar una gárgola que representara el rostro del mal. Ganó Darth Vader.

Entre otras muchas como vidrieras con la formula de la energía de Einstein y ángeles tallados con abrigos y bolsos tras restauraciones……

¿Creéis que se trata de una forma de estropear el patrimonio? O simplemente ¿da otro toque mágico a edificios populares, para que sean recordados de una forma diferente? ……Yo creo que el sentido del humor no está reñido con el trabajo serio y responsable de restauradores, por eso me parece bien que la forma de firmar sea añadir este tipo de elementos que le da un “toque de color y travesura” diferente, dejando la huella del restaurador…. ¿Qué opináis vosotros? ….